Marta Torrejón
6 de julio de 2025. Madrid, España – En la silenciosa pero persistente amenaza que representa la contaminación química global, los disruptores endocrinos ocupan un lugar cada vez más preocupante. Estas sustancias, presentes en plásticos, pesticidas, cosméticos y hasta en el agua que bebemos, son capaces de alterar el delicado equilibrio hormonal del cuerpo humano.
En esta primera entrega, abordamos el impacto invisible pero profundo que estos compuestos generan no solo en nuestra salud, sino también en los ecosistemas. Con un enfoque riguroso y basado en evidencia científica, este video ofrece una mirada clara sobre cómo la exposición cotidiana a disruptores endocrinos está conectada con enfermedades crónicas, infertilidad y afecciones del desarrollo, al tiempo que compromete la resiliencia de la biodiversidad frente al cambio climático.
Una alerta necesaria sobre los costos ocultos de nuestro modelo de producción y consumo.





