Los habitantes de las grandes ciudades españolas como Madrid, Barcelona, Málaga o Valencia tienen un mayor riesgo de mortalidad general, incluido por cáncer, que los habitantes que residen en las zonas rurales de la geografía nacional, aunque no existe un claro gradiente rural-urbano. Sin embargo, no se conoce exactamente si los factores de riesgo son iguales entre las metrópolis e incluso si dentro de la misma ciudad, afectan de igual proporción en cada zona residencial. 

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                     Las elevadas disparidades en cuanto a lo social, cultural, económico y ambiental entre ambos lugares de residencia pone de manifiesto el desequilibrio que existe entre lo rural y lo urbano. Para acabar con estas injusticias, se necesitan instrumentos analíticos más específicos para implantar políticas de acción que lleven a la eliminación de estas diferencias. Hacen falta más investigaciones para identificar los factores específicos que promueven y dañan la salud de la población en cada espectro rural y urbano. Los resultados de estas investigaciones ayudarán a implementar un modelo de intervención sanitaria más inclusivo, resiliente y sostenible tanto en las zonas rurales como en las zonas urbanas. Esto es muy importante para avanzar en la justicia social y reducir las desigualdades en salud

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